Historia de la albañilería

Historia de la albañilería

Orígenes de la albañilería: primeros pasos

La necesidad de construir viviendas apareció cuando los refugios naturales dejaron de ser suficientes para la supervivencia. En algunos lugares se empleaban ramas y piedras, pero también empezaron a surgir los primeros ladrillos o bloques a base de barro cocido y secado al sol. La historia de la albañilería se remonta a más de 6000 años atrás.

El uso de los primeros ladrillos –un poco distintos a los que usamos hoy en día pero con la misma base y finalidad- se dio en Babilonia (Mesopotamia) y en el antiguo Egipto, civilizaciones que impulsaron el nacimiento de la construcción y en el que podríamos poner el punto de inicio de la albañilería.

Uno de los grandes resultados de esta época fueron las famosas pirámides de Egipto, entre las que encontramos la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que perduran a día de hoy, la Gran Pirámide de Guiza.

Griegos y romanos

Los templos griegos, creados unos siglos antes de Cristo, basaron sus estructuras en piedra caliza y mármol, haciéndolos famosos en la historia de la albañilería y la construcción por su majestuosidad. Cuando la civilización pasó a manos de los romanos, estos empezaron a construir cúpulas y arcos en todo tipo de construcciones.

La albañilería en esta época fue muy innovadora y se crearon teatros, anfiteatros, acueductos, sistemas de calefacción, puentes y muchos más. Y si no, echemos un vistazo a la acrópolis de Atenas o al Coliseo de Roma.

Época medieval: la albañilería es un arte

En la época medieval encontramos dos factores clave que afectaron a la construcción y la albañilería:

  • La profundización del conocimiento en el uso de otros materiales como el estuco o el yeso, así como del sistema de tuberías y canales que se pudo dar gracias a la influencia islámica en la Península Ibérica. Esto lo vemos en los Reales Alcázares de Sevilla.
  • Las construcciones religiosas en toda Europa y el nacimiento de estilos como el románico (catedral de Santiago de Compostela), el gótico (catedral de Notre-Dame), el renacimiento (Santa Maria della Consolazione), el barroco (iglesia del Gesù) y el neoclasicismo (iglesia de la Madeleine).

Era moderna hasta el día de hoy

Si bien hasta ahora se iban incorporando técnicas y materiales, la era moderna y la Revolución Industrial aportan no solo nuevos productos, sino normativas y reglamentaciones (especialmente en grandes urbes).

Fue en esta época en la que se desarrolló maquinaria que ayudó a realizar trabajos de extracción de material o trabajo de la piedra, así como del transporte de productos pesados. Los grandes y altos edificios requerían algo más que albañilería: se necesitaban metales, vigas y cemento que aguantara tales dimensiones. El hormigón armado y el acero se impusieron sobre el ladrillo y la piedra.

Hoy en día, la albañilería no ha desaparecido, sino más bien al contrario: se ha mejorado y se ha reforzado, combinando así la belleza de sus acabados con su funcionalidad técnica y su larga durabilidad.

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